jueves, 16 de octubre de 2008

Fútblog (II): ¡Que mala es la envidia!

La envidia es deporte nacional en Francia, y hay que reconocer que se les da muy bien. Si la envidia se premiara, no cabe duda de que merecerían el Balón de Oro en torno al 90% de los franceses. Pero por suerte o por desgracia, lo que se premia es el talento, y eso sobra en España, le pese a quien le pese. Porque a los franceses les pesa, y mucho, que el deporte español pase por encima del suyo. Lo demuestran día tras día y creía necesario poner ciertos ejemplos.

Fútbol: 1. El Balón de Oro reconoce al mejor futbolista del año y lo otorga una revista francesa. Su selección, la gala, está acabada: sus estrellas se han apagado. Atrás queda aquella final del Mundial y hoy no cabe duda de que es España la selección que mejor juega al fútbol. Este premio se suele entregar a un jugador de la selección que gana la Euro o Mundial del año en cuestión. Por eso en 2008 tocaría ganarlo a un español y por candidatos no será: Torres, Casillas, Xavi... Pero el premio es francés, así que no soñemos con ello.

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2. Si en selecciones España sale reforzada en la comparación con cualquier otro combinado, no digamos ya en equipos (salvo Inglaterra). Francia no tiene equipos potentes en el continentes: solo el Olympique de Lyon acostumbra a avanzar algo en competiciones europeas; el resto, mediocridades como el PSG o el Olympique de Marsella. El presidente de la UEFA es francés y claro, mal de muchos... consuelo de tontos. A sancionar al Atlético. ¿Por qué? Por ganar al Olympique. Y ya de paso se inventan un par de cosas sobre la policía y los aficionados españoles, y manchan el nombre de España, que nunca está de más...

3. Tenis: Ellos otorgan el premio (Roland Garros) pero un español lo gana (Nadal). Les duele en el alma. Como no pueden atacar de otra manera la imagen de un Rafa siempre en su línea, lo intentan año tras año con acusaciones de dopaje. Si en vez de acusar, se dedicaran a sacar talentos de sus escuelas...

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4. Ciclismo: Ídem. El galardón se llama Tour de France y el ganador es de la nacionalidad de siempre: española. Evidentemente, no gusta, y de ello doy fe yo personalmente. Estuve en París el mes de julio y fui a ver la última etapa del Tour, que coronaba a Carlos Sastre. Pues bien, en las tiendas oficiales había banderas irlandesas, danesas... pero ni una española. No gustó ver un español por tercer año consecutivo ganando "su" carrera.

Y yo digo: ¡Que se jodan y se acostumbren!

1 comentario:

María dijo...

Soy fran: Así se habla.
se te olvida comentar que por otro lado, por el interes te quiero Andrés. Con Alonso no nos dicen ni mu, que les conviene un webo tenerle en RENAULT xd